CONFIESO QUE HE VIVIDO/1
Eloy Cruz del Prado
Foto: Eloy Cruz
(Cenicientos,1992)
El 13 de febrero de 1992 nací de una maravillosa mujer de 22 años.
Hasta los 18 años dormía en mi habitación de la casa naranja de Ronda del Sur, mi casa y la de mis padres y hermanos. Estudié en las aulas de techos altos y ventanales del colegio Suarez Somonte, y después en el nada interesante edificio de ladrillo rojo que era el Instituto de Villa del Prado.
El bachillerato en Móstoles, en el instituto Europa, el más LGTB -(Lesbianas, Gais, Bisexuales y Trans)- de la zona sur de Madrid. Más tarde la Facultad de Bellas Artes de la UCM, donde estudié mientras trabajaba de camarero en la estación de Atocha, mi primer contacto real con la precariedad.
Cinco meses de desconexión después de acabar el grado, dejar el trabajo,… y vuelta a Madrid donde trabajé con unos compañeros increíbles en un restaurante a lo largo de 1 año y medio.
Desde hace 7 meses vivo en la fría pero llena de oportunidades Helsinki.
Relato del pueblo:
El Día de las Patatas era el día en el que todo el colegio iba al campo. Caminábamos desde el colegio hasta el lugar y allí se desplegaban juegos de mesa a tamaño real, dos equipos y un pañuelo, combas y gomas, sacos,… Un año hicimos casetas para pájaros con tetra briks y los colocamos por allí.
Por supuesto, comíamos patatas.
Foto: Eloy Cruz
Video: Montaje y edición de Eloy Cruz del Prado
Recuerdo del pueblo:
Recuerdo la línea que perfila la Peña. Siempre me ha resultado curiosa la parte redondeada. En primaria, el colegio del pueblo organizó una intervención artística en la peña, subimos todos andando y al llegar a la parte del seminario dibujamos un gran círculo con piñotas, que fue dividido en 7 u 8 partes con otro círculo en medio. Organizamos grupos formados por miembros de distintos cursos y decoramos nuestra parcela con materiales biodegradables, como azúcar coloreado, hojas pintadas, piedras,…
Rincón del pueblo:
La parte de atrás de mi casa. De pequeño mis hermanos, les niñes del barrio y yo jugábamos y pasábamos horas. A veces construíamos casetas con los palés que robábamos del almacén de construcción que hay cerca. Otras veces jugábamos al fútbol. Y en algunas ocasiones imitábamos ese grotesco y desagradable espectáculo que es la tauromaquia. Ahora es por donde paseo con mi hermano canino Doky cada vez que paso tiempo en el pueblo.
Un libro:
El que estoy leyendo ahora, Manifiesto contrasexual , de Paul B Preciado.
La frase del título, “definir es limitar” es del escritor Oscar Wilde, autor del “Retrato de Dorian Grey”